Domingo, 8 de Abril, 2012. Ciudad de Nueva York – Familias originarias de los estados de Puebla y Guerrero en México se reunieron para celebrar la Pascua en el parque Flushing Meadows Corona en Queens. Los niños buscaron los huevos de pascua que sus madres habían escondido entre el pasto, flores y hojas secas de los arboles.
Aparte de la colecta de huevos, tuvieron juegos y comida. La idea de las organizadoras era tener un día familiar para que los padres compartieran tiempo de calidad con sus hijos. Los huevos de Pascua es lo que más disfrutan los pequeños en Semana Santa.
La Pascua
También llamada Pascua Florida, Domingo de Pascua, Domingo de Resurrección o Domingo de Gloria, es la fiesta central del cristianismo, en la que se conmemora, de acuerdo a los evangelios canónicos, la resurrección de Jesús al tercer día después de haber sido crucificado.
La Pascua marca el final de la Cuaresma, un período de cuarenta días de ayuno, oración y penitencia. La última semana de la Cuaresma se celebra la Semana Santa en conmemoración de la crucifixión y muerte de Jesús. A la Semana Santa le sigue un período de cincuenta días también llamado Pascua o Tiempo pascual, que termina con el Domingo de Pentecostés.
Huevo de Pascua
El intercambio de huevos de Pascua de chocolate es muy extendido en Polonia, Alemania, República Checa, Eslovaquia, Italia, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Uruguay, Perú, Chile y en ciertas zonas de México, viene celebrándose desde hace poco más de 8 siglos.
Por estas fechas las pastelerías comienzan a decorar sus escaparates con unos coloridos huevos de chocolate.
En España, las pastelerías aparecen repletas de huevos de Pascua en las monas y otros dulces de esta época.
El hecho de asociar el huevo a la fertilidad y por coincidir la Pascua con la estación primaveral, estación fértil por excelencia, hace que se establezca por toda Europa como símbolo de la Pascua. De modo que rápidamente los pasteleros de época comenzaron a elaborarlos utilizando distintos ingredientes. Primero fue el azúcar, luego el chocolate.
En la Edad Media el intercambio de huevos se hacía con huevos de tortuga a los que se trataba la cáscara mediante diferentes procesos para decorarla. Muchas veces eran verdaderas obras de arte.
La costumbre del conejo de Pascua, que consiste en esconder huevos pintados en los jardines de las casas para la alegría y regocijo de los niños que los encuentran, se sigue manteniendo en muchos países. Simboliza la persecución de Jesús por parte de Herodes y la intervencion de Dios para evitar ser encontrados. En algunos países, los huevos forman bouquets. Curiosamente en los jardines de la Casa Blanca el día de Pascua se desarrolla una singular carrera de chicos que hacen rodar los huevos. Gana quien llegue más lejos y sin romperlos.
El presidente Rutherford B. Hayes introdujo esta tradicción en la Casa Blanca en 1878. El llamado “Easter Egg Roll” (“Carrera de Huevos de Pascua”) es literalmente una carrera en la que los niños compiten por rodar huevos duros de colores.
En el 2012, la Casa Blanca tendrá el festival el 9 de abril y será vinculado con la campaña de promoción del deporte y la alimentación sana que lidera desde 2010 Michelle Obama, primera dama de los Estados Unidos de America.
En Medio Oriente todavía se siguen intercambiando huevos carmesí, para recordar la sangre de Cristo. Los armenios los vacían y los decoran con imágenes de Cristo y de la Virgen. Y en Polonia y Ucrania por Pascua, hacen verdaderas obras de arte con cera fundida sobre su cáscara.
El conejo
Aunque sus orígenes no están muy definidos, se supone que la elección del conejo se debe a su conocida capacidad de procreación (por la rapidez y facilidad con la que se reproducen), de gran valor simbólico en unas fiestas dedicadas a la fertilidad de la tierra tras el invierno.
Su uso se remonta a pueblos antiguos del norte europeo que veían en la liebre un símbolo: las fuertes patas traseras de la liebre le permiten moverse siempre hacia arriba con facilidad, mientras que sus débiles patas delanteras le dificultan el descenso.
Desde antes de Cristo, el conejo era un símbolo de la fertilidad e inmadurez gonadal asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En alusión a esa diosa, en algunos países a la festividad de pascua se la denomina “Easter”. The Westminster Dictionary of the Bible (El diccionario Westminster de la Biblia) recoge que Easter era «originalmente la festividad de la primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera, a quien se conocía en anglosajón como Easter». Ya en el siglo VIII los anglosajones habían transferido dicho nombre a la fiesta cristiana que designa la celebración de la Resurrección de Cristo, adaptando el nombre de la fiesta pagana en las tradiciones cristianas.
Los cristianos dicen que un conejo estuvo encerrado en el sepulcro junto a Jesús y presenció su resurrección. Al haber presenciado el milagro, al salir de la cueva junto con Jesús, se dice que fue elegido como el mensajero que comunique y recuerde a todos los niños la buena nueva, regalando huevos pintados y, como una tradición más reciente, también huevitos de chocolate y otras golosinas durante la Pascua, de forma similar a como ocurre con Papá Noel en Navidad.
Hoy en día además de los huevos de chocolate, también se elaboran conejos de chocolate.
También el conejo se relaciona con la Primavera, ya que en el juego de esconder los huevitos en los jardines o patios, los conejos aparecen debido a que coincide con el fin del invierno.
Origen de la decoración del huevo de Pascua
Entre los siglos IX al XVIII, la iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma, por considerarlo equivalente a la carne, por lo que la gente los cocía y los pintaba para diferenciarlos de los frescos y poderlos consumir el día de Pascua de Resurrección. Con el tiempo estas tradiciones fueron incorporadas a la festividad de Pascua de Resurrección y hoy en día el huevo de pascua es un símbolo universal. Para muchos, el huevo se asemeja a la resurrección como un símbolo de vida nueva.
En la actualidad, la tradición continúa con algunas variaciones. En Europa se mantiene la costumbre que data desde la Edad Media de adornar huevos con teñidos y pintados. Aunque parece que la práctica de huevos ornamentales era principalmente elaborada por clases altas o de recursos, se difundió a decoraciones más sencillas, como con el empleo de hojas de árbol para crear patrones sobre el cascarón. El comercio y la modernidad por su parte se ha encargado de incorporar los huevos de chocolate, y los huevos de plástico para ser llenos de dulces, y que según la leyenda son escondidos por el conejo de Pascua para que los niños los busquen, y por consiguiente,los encuentren y se los coman. En Argentina y Uruguay, se conserva la tradición de regalar huevos de Pascua decorados artesanalmente con glasé multicolor o bien en chocolate.
Flushing Meadows Corona Park
El Flushing Meadows–Corona Park, usualmente llamado Flushing Meadow Park o Flushing Meadows Park, está ubicado al norte de Queens. El parque es mantenido y operado por el Departamento de Parques y Recreación de la Ciudad de Nueva York.
El parque posee una superficie de 5 km² , y fue creado sobre un antiguo vertedero de basura como “un valle de cenizas”, en la obra de F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby. El lugar, conocido por ese tiempo como el Vertedero de Cenizas Corona (Corona Ash Dumps), fue limpiado por el Comisionado de Parques Robert Moses, en preparación para la Feria Mundial de 1939-1940. Moses se encontró con el dilema de tener que desechar las montañas de cenizas, por lo que estratégicamente incorporó una gran cantidad de los desechos en las bases de la autopista Van Wyck, la cual corre al costado este del parque, el cercano Interboro Parkway (ahora Jackie Robinson Parkway), y la Long Island Expressway que divide el parque en dos zonas norte y sur. La Grand Central Parkway separa una parte este de la parte principal norte, mientras que la Jewel Avenue al correr de este a oeste, corta la parte sur.
Algunos de los edificios de la Feria de 1939 fueron usados como los primeras oficinas temporarias de las Naciones Unidas desde 1946 hasta que se mudaron en 1951 a su oficinas permanentes en Manhattan. El anterior New York State Building fue usado por la Asamblea General de Naciones Unidas durante ese período. Este edificio fue luego remodelado para la Feria de 1964 como el Pabellón de la Ciudad de Nueva York (New York City Pavillion), ofreciendo el Panorama de la Ciudad de Nueva York, un enorme modelo a escala de toda la ciudad. Actualmente es el único edificio sobreviviente de la Feria de 1939, y la casa del Museo de Arte de Queens, el cual todavía alberga, y ocasionalmente actualiza, el Panorama. La Unisphere, construida como un símbolo para la Feria Mundial de 1964/1965, es la principal cualidad escultural del parque. Está situada en el lugar ocupado por la Perisphere durante la Feria anterior.
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